Este es un libro deseado. Los hombres pensadores y analíticos, independiente de su clase, no le temen a la teología, por el contrario quieren una teología que se pueda afirmar sin convenciones y tecnicismos; no se preocupan en absoluto por una religión que pretende acabar con todo misterio, sino se alegran de que se les asegure el razonamiento esencial de la fe cristiana; no esperan una solución ya hecha del problema del mal, sino desean verlo honestamente. Pero por encima de todo, quieren saber cómo la verdad cristiana se refiere a los verdaderos problemas de la vida; lo mejor de ellos es que no tienen en lo absoluto miedo de una religión que les hace grandes demandas, saben bastante bien la dificultad de responderlas. Y su mayor necesidad es encontrar y usar esa vida y poder, viniendo de una persona viva, sin la cual nuestras mejores aspiraciones podrían fracasar y nuestros ideales más elevados, seguir sin realizarse.
Estas páginas están escritas con el objetivo de explicar lo que, en el juicio del escritor, son realmente la fe y la práctica de la Iglesia Cristiana.